Con el paso de los años la población es más consciente del grave problema que existe en el mundo en cuanto a los residuos y la contaminación, apostando cada vez más por energías limpias, productos sostenibles y vehículos eléctricos entre otros.
Hace ya algunos años que los coches eléctricos irrumpieron en el mercado automovilístico, es cierto que al principio muchas personas se sentían reticentes en cuanto a su funcionamiento y concretamente en el tema del repostaje, pues al ser coches con una tecnología tan novedosa no era común encontrar en esa época estaciones de carga para coches eléctricos en cualquier lugar.
Esta situación por fortuna ha ido cambiando gracias a la evolución de los coches eléctricos los cuales se han mejorado con el tiempo, pero especialmente por la buena acogida que han tenido siendo el primer motivo la conciencia social de que el combustible fósil se va a acabar en algún momento, esto juntado a que en España por ejemplo al igual que sucede en otros países hay un déficit de combustible fósil, lo que se traduce en un gasto mayor de ésta energía a la que se produce en el territorio español, haciendo que sea energéticamente dependiente de otros países.
Una de las grandes ventajas del uso de estos vehículos es sin lugar a dudas la reducción del consumo tanto de gasolina como de diésel, reduciendo de esta forma la dependencia energética. Algo muy importante es que estos coches se pueden cargar actualmente en multitud de puntos específicos, ya no es necesario ir a la ciudad más próxima pues cada vez hay más puestos de carga.
Incluso se puede contemplar el hecho de que en un futuro no muy lejano todos los coches sean eléctricos provocando esto que en cada hogar haya una estación de carga, la cual se usaría por la noche dado que hablamos de las horas con el precio más bajo de electricidad, un punto realmente interesante.
Otro dato muy expuesto por diferentes estudios es que las emisiones de dióxido de carbono, el famoso “CO2”, se reduce considerablemente con el uso de los motores eléctricos, si además juntamos esto con el hecho de que en las ciudades hay un grave problema de gases nocivos como son el azufre y el nitrógeno a causa de los motores de combustión, podríamos decir que los motores eléctricos son una solución para el medioambiente y para nuestra calidad de vida realmente importante.
En este escenario, las ciudades dejarían de prohibir la circulación de coches por sus calles determinados días de la semana a causa de la gran contaminación atmosférica que hay, el panorama sería completamente diferente pues al eliminar dicho problema se podría circular sin restricciones por cualquier ciudad y lo más importante sin contaminar.
Muy relacionado con el tema de las ciudades no se puede dejar de lado la contaminación acústica ya que es un problema que afecta a muchas familias que viven en zonas donde hay carreteras muy transcurridas tanto de día como de noche, imposibilitando que puedan descansar o incluso realizar su vida en el hogar de forma tranquila. Con los coches eléctricos la contaminación acústica se vería reducida drásticamente, pues estamos ante unos motores que son muy silenciosos, con lo cual las ciudades dejarían de ser un foco de ruido y contaminación como lo conocemos hoy en día a causa del terrible tráfico.
Esos serían los puntos más destacables en cuanto a las ventajas que se conocen actualmente sobre el uso de los vehículos eléctricos, pero lo cierto es que hay más:
- Eficiencia energética, en los coches eléctricos la eficiencia es prácticamente el doble que la de los motores de combustión
- Llenar el depósito es más barato en comparación con el diesel o la gasolina
- Regenera su propia energía, gracias a su diseño, estos coches tienen la capacidad de almacenar la energía cinética que se escapa en forma de calor durante su conducción.
Como se puede ver el uso de los coches eléctricos es sin lugar a duda una apuesta hacia el futuro, puede que tarde unos cuantos años pero lo cierto es que al final se hará una transición total hacia coches eléctricos, dejando de lado los coches convencionales que usan combustibles fósiles por su contaminación tanto a nivel medioambiental como para las personas que viven en núcleos urbanos.